Los incendios forestales producen grandes volúmenes de humo cada año, lo que provoca niveles de calidad del aire insalubres, a veces a cientos de kilómetros de distancia del incendio. El humo de los incendios forestales es una mezcla de gases y partículas finas procedentes de la combustión de árboles, plantas, edificios y otros materiales. Los pacientes que se encuentran muy cerca del foco del incendio pueden sufrir lesiones por inhalación de humo, causadas por los efectos térmicos (gases sobrecalentados), químicos (por ejemplo, partículas y otros irritantes) y tóxicos (por ejemplo, monóxido de carbono, cianuro) de los productos de la combustión.